El informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina estadounidenses, ofrece recomendaciones para reforzar la coordinación a nivel nacional y garantizar un sistema de vigilancia de las aguas residuales flexible, equitativo y sostenible, que respalde la respuesta sanitaria al COVID-19 y a las enfermedades infecciosas en el futuro.
El Sistema Nacional de Vigilancia de Aguas Residuales (NWSS) fue puesto en marcha por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) en 2020 en respuesta a la pandemia de COVID-19. Este sistema recoge muestras de aguas residuales, las analiza en busca de COVID-19 y otros patógenos, y comparte los datos con todas las partes interesadas.
La vigilancia de las aguas residuales seguirá siendo una fuente fundamental de datos, ya que las redes de alcantarillado también pueden hacer un seguimiento de las nuevas variantes, su propagación y los patrones de transmisión entre las distintas poblaciones de las comunidades.
El informe presenta la visión de un sistema nacional de vigilancia de las aguas residuales capaz de rastrear simultáneamente múltiples microorganismos patógenos. El sistema también debe ser sostenible desde el punto de vista económico y operativo y vigilar las poblaciones de forma equitativa. Al evaluar los posibles objetivos de la futura vigilancia de las aguas residuales, los CDC deberían establecer un proceso transparente para priorizar los microorganismos patógenos y tener en cuenta tres criterios: la importancia de la amenaza para la salud pública, la viabilidad analítica de la vigilancia de las aguas residuales y la utilidad de los datos a nivel comunitario para las medidas de salud pública.