Con el fin de mantener unos tiempos de ciclos bajos y mejorar su competitividad, el sector automotriz siempre ha sido pionero impulsando y adoptando nuevas tecnologías, representando actualmente el 30% de las instalaciones de robots en todo el mundo.
Gracias a los avances tecnológicos conseguidos en el sector, es posible tardar alrededor de 20 horas en convertir las materias primas en un automóvil completamente funcional; un automóvil que se compone de decenas de miles de piezas, pasando por soldaduras, pintura, montaje y más.
Pero para que todo esto sea posible se requiere de un gran esfuerzo de analítica, ya que en el corazón de las aplicaciones para fábricas inteligentes se encuentran grandes volúmenes de datos, que se generan, comparten y analizan para ofrecer una visión única de las máquinas.
Por lo tanto, la aplicación de una tecnología de red muy avanzada para conectar múltiples partes y compartir información es fundamental para tener fábricas inteligentes e interconectadas.